onsdag, oktober 09, 2013

Social

Creo que soy huraña por naturaleza, pero para atribuirme a mí misma ese calificativo, hacen falta -inevitablemente- los otros.

Me obligo al ejercicio de socializar con cierta frecuencia para concluir que sí, que soy huraña, pues en el proceso de bañarte, vestirte y salir a encontrarte con otros voy pensando que es como tomar extractos de caihua con perejil cuando estás gordo.

Me cuesta interactuar con los otros, sobre todo si son nuevos, es por eso que valoro mucho a las personas con las que me siento bien y me cuesta mucho perderlas, son muy pocas las personas con las que siento que no debo socializar, sino simplemente estar ahí y compartir el espacio, hablando o no, realizando alguna actividad o no, pues mi manera de estar con alguien y disfrutar de ello puede consistir en estar acostados en el pasto sin decir nada.

No me he obligado al ejercicio de socializar últimamente y supongo que está bien así por ahora, sin embargo, no sé si es del todo positivo que mis ganas de hablar se transformen en escritura o en pensamientos que llueven uno tras otro cuando voy a acostarme y me hacen perder el sueño.

Lo que menos me gusta de socializar, es cuando te preguntan "cómo estás" porque es difícil que tenga una respuesta concreta a esa pregunta por estos días. Tratar de responderla puede que me tarde más de una hora, donde resumiría qué es lo que me ha sucedido en las últimas semanas y me han enfrascado en este estado, pero si llega la pregunta, suelo sonreír y decir "bien, y tú?" Eso lo aprendí antes de ir al colegio y también aprendí que era la salida más sensata ante la posibilidad de acercarse a alguien, esa falsa empatía "y tú?" nunca me llevará a conocer a alguien más de cerca, por el contrario, nos enfrascaríamos en convenciones e intercambios educados de palabras pre-cocidas como la pasta del supermercado.

Por ahora, socializo con mi gato, converso conmigo misma y todavía no he llegado a tener discusiones acaloradas, solo que a veces la conversación se vuelve tediosa como el jugo de caihua con perejil y es cuando vengo aquí y escribo.