onsdag, oktober 02, 2013

Dibujo animado

Encajaba tu pulgar perfectamente en la hendidura de mi nuca. Deslizabas tu pulgar en ella y me levantabas como el picaporte que abría las puertas de todos tus deseos estirando mi columna de gato vertebral y callejera. Tu pulgar en mi nuca, en la calle y si me encontrabas tirada en la acera siempre tu pulgar me despegaba y me estiraba como un chicle para colgarme en una percha, que se fuera escurriendo el deseo, que se oreara el amor hasta tomarme de nuevo, masticarme, vestirte de mí y abrocharme nuevamente entre tus dedos. Siempre tu pulgar sosteniéndome o aplastándome, pulga, anatomía funcional, etimología que me hundía de cabeza en la tierra. Echaba raíces desde mi pelo, mis neuronas en sinapsis, mi nunca bajo la tierra, extendiendo un tallo desde mi cuello ramificándome en mis brazos, floreciendo en mis dedos, dando frutos entre mis piernas con mis pies sin pasos coronando la planta de mi misma, estrangulándome ciega y de cabeza para quedar estable, firme y en tierra.