Hay otras cosas que no logro resolver. Cuando despierto, a veces aparecen delante de mí. Las cosas que no logro resolver, las conjugo con el pretérito imperfecto en subjuntivo del verbo haber en primera persona singular (adverbio de negación y participios eternos: dicho, querido, gritado, entregado, disparado, aceptado, saltado...
hubiera (no) hubiera
Esas cosas no las llegaré a entender nunca.
Pero a mi nunca me ha gustado el nunca y me he inclinado más por el siempre.
El nunca no tiene compasión, te pega y te deja tirada en medio de la carretera y no hay nadie y no hay nada y de pronto pasó un auto que nunca se detuvo a mirarte o levantarte .
El siempre no es que sea benigno, pero le tengo más confianza, te dice la verdad sin negártela, te deja ciega, pero no es su intención, abres los ojos y duele, pero el siempre siempre se deja que lo estires o lo encojas y no es tan cruel como el nunca. El siempre es siempre siempre y seguirá siendo siempre y le creo más que al nunca.
Cuando el siempre y el nunca se encuentran, pasa algo, ese algo que pasa siempre y sin embargo no llegaré a entender nunca. El siempre y el nunca, se abrazan, sudan, se revuelcan y luego se levantan, se miran el uno al otro, no se reconocen y se separan y te ponen a parir un hijo al que llamarás quizás.
El quizás ni te pega, ni te abraza. Te deja muda y esperando. El quizás recién parido necesita que lo alimentes, yo prefiero darlo en adopción. El quizás cuando crece es seductor si estás solo después del nunca y luego regresa el siempre y ya después se verá.
No sé de dónde me ha salido todo esto que he escrito, cuando yo solo venía a pegar una foto. Intuyo que ha sido solamente las ganas que he tenido de usar las manos.
Me gustan mis manos y me gusta usarlas. Las uso para escribir, para rascarme la oreja, , para tocar el piano. Las uso para distraerme, para construir cosas o derrumbarlas.
Creo que mis manos me quieren y me cuidan. Siempre están de mi lado aunque sujete el revólver o empuñe el cuchillo. Yo aprecio su cariño.
Aquí la foto de cosas que hago con las manos cuando no escribo.
cosas que me entretienen.
cosas que me distraen del abismo.
cosas que si no logro resolver, no duelen.
cosas que me alejan de los subjuntivos y del nunca, y del siempre, y del quizás.
cosas que se mueven, hablan, rebotan y encajan perfectamente.
(parece que estuviera hablando sobre el amor, pero son solo juguetes y aquí soy yo la que juego)