Ando en zapatillas y leggings. Llevo un bolso amarillo, dentro de él un mapa, un libro de frases útiles en letón, una bufanda que paseo, monedas sueltas, mi diario de conejito y un pastillero (no voy a decir que llevo dentro del pastillero, pero me gusta escribir entre paréntesis y me gusta escribir 'pastillero' tres veces en tan pocas líneas).
Mañana saldré sin bolso, sin palabras y sin bufanda a la destrucción.
Aquí estamos a una hora más allá, otra cosa que me di cuenta hace poco EET la verdad es que tampoco me importa, yo mido el tiempo de otras maneras o ya no me importa el tiempo, ni los días, ni las horas, todo es un espacio (vacío). Tiempo. Mi última relación duró menos que un frasco de gel de ducha Palmolive, color morado, relajante (eso dice, ylang ylang). Lo que queda es el olor y la espuma todo lo demás se va por el desagüe.
Sigo (tomo aire).
Hoy pensaba engañar a una farmacéutica en su propia farmacia, pero no es tan fácil y menos en otro idioma y por eso estoy despierta.
Hoy pensaba salir a buscar gatos, porque no es posible que Riga tenga como emblema un gato negro, pero hasta ahora sólo haya visto a un gato callejero, que pienso que era yo misma cruzando la calle.
Hoy pensaba mandar dos postales, pero las postales mienten y yo lo que necesito es solo la verdad y nada más que la verdad, porque yo sí hago juramentos ( no miento ) y mantengo mano derecha arriba, no escribo, mantengo la congruencia, la consistencia y la concordancia sustantiva y adjetiva, de mi persona, mis números y tiempos y modos verbales carnales emocionales.
Hoy pensaba arrojarme al Daugava, y dejarme llevar hasta el mar báltico o hasta cualquier orilla donde llegaría casi moribunda ( ya voy creyendo un poco más en la vida, se nota) y fundaría una ciudad para convertirme en leyenda.
Hoy pensaba desayunar café, huevos fritos y tostadas y no bálsamos oscuros y cervezas de litro.
Hoy pensaba ir a un spa y cerrar los ojos a la pobreza al otro lado del puente y ser la diva y decir 'relajante, como mi gel de ducha, a mí nada me destruye y todo se transforma' mentir, mentir, como las postales, como mienten los ingleses cuando toman el té, mentir, pero me fui a un mercado (que siempre dicen la verdad) a mezclarme con animales descuartizados y secos.
Hoy pensaba escribir una carta pidiendo explicaciones, un oficio, una audiencia, pero me vi tan ridícula como Condorito desmayándose, exijo una explicación y ya se terminó el chiste. Pensaba también transformar la carta en un documento de ira del ejército rojo, pero otra vez, una ira saliendo de un mercado, con frases en letón y la idea de un masaje en un spa no apto para proletarios. Un poco de coherencia, me dije.
Hoy pensaba que no iba a escribir aquí.
Y aquí estoy.
Quizá mañana (después de la destrucción) vuelva la soñada coherencia