tirsdag, mars 12, 2013

Ponencia

Querido X (que en realidad no existes o eres cualquiera),

Hoy debo viajar a Trondheim.

Pensaba escribir algunos datos sobre Trondheim, pero el Google killed my libro mental de datos y estadísticas acerca de los lugares en los que he estado y a los que vuelvo (y dónde siempre me pasa algo) y es mejor que lo busques tú y que veas lo que quieres ver.

Iré a Trondheim pues debo dar una ponencia en un Foro de profesores de español sobre cómo usar un cuento a manera de material didáctico en una clase de español.

Suena interesante, atractivo y complejo como todo lo que debe ser presentado ante una audiencia.

Por lo tanto, debo ducharme, vestirme, maquillarme, recogerme el pelo. No hago esto desde hace unos días.

Me han invitado como escritora (?) y también como profesora de español, lo cual me causa cierta confusión porque a veces puedo ser muy categórica. Tengo cajas donde guardo cosas y basuritas según una estricta clasificación mental propia. Mi armario es un desorden a simple vista, pero cada espacio tiene una etiqueta de Dymo writer tag que indica qué tipo de prenda ocupará ese espacio.

Estoy escribiendo esto en caso de que a algún asistente a la ponencia se le ocurra buscar mi nombre en Google con la descripción del evento.

Lo que en verdad quisiera decirle a esa audiencia es:


  • que como escritora, realmente no escribo realmente (a mí entender, este blog y otros no cuentan) desde el 2008. 
  • que por estos días, si es que he empezado a escribir cosas como esta, es por el simple hecho que debo distraerme del dolor. No hay más pastillas y escribir me distrae.
  • que realmente tengo una gran frustración por estar sin escribir por tanto tiempo. 
  • que me angustia la aparición de revistas literarias en las que no participo, porque no puedo escribir, no puedo crear una ficción, porque mi realidad me ha aplastado. 
  • que un cuento no debería ser usado, sino leído y algunas veces destruido. Si al leer un cuento nos quedamos sin nada, no vale la pena fotocopiarlo y difundirlo en una clase o en ninguna parte. En cambio, si un cuento nos destruye, no deberíamos usarlo como material didáctico en una clase a la que quizá solo le interesa ver el último episodio de Paradise Hotel. No. Lo que se debe hacer con un cuento que nos destruye es re escribirlo en grafitis por toda la ciudad, con letras enormes, en fragmentos o entero, apuntarlo en libretas, leerlo en voz alta en medio de tu sala mientras tu gato duerme. Acostarse con el cuento, con los cuentos, con el autor y con todas esas palabras que copulan entre sí y con uno mismo.
  • que como profesora de español, una depresión que estalló en el 2011 me obligó a pasar una larga temporada en un hospital mental (las cosas por su nombre) lo cual tuvo como consecuencia el dejar y/o perder mi trabajo en la Universidad y aquella idea de que yo era e iba a ser una profesora de español con un proyecto a largo plazo y con muchas mentes abiertas a recibir palabras en mi idioma que es algo que no puedo dejar de asociar al placer.
  • que un estudiante logre expresarse en el idioma de mis pensamientos porque fuimos juntos por ese camino, no produce otra cosa que satisfacción y placer, sentimiento de haber terminado algo y querer seguir o empezar otro ciclo, curso, coloquio, lección.  
  • que por lo tanto ya no me siento entera y profundamente profesora de español aunque siga dando clases en la escuela de idiomas una vez por semana de 17.30 a 19.00 y lo hago pues siento una necesidad de expandir mis pensamientos, aunque tenga que repetir "cómo te llamas? me llamo..." ad infinitum, lo hago porque es un escape hacia la única patria que tengo asegurada para refugiarme,  la patria de mi lenguaje y palabras.
  • que hay una fuerza que me frena a ponerme delante de una audiencia, pero la destreza social aprendida y mi firmeza de carácter cuando cierro un contrato la contrarresta y hará posible que esté allí hablándoles sobre el cuento del cuento.
  • que estoy muy cansada. 
  • que no sintiéndome escritora, ni profesora mi mundo se volverá aún más absurdo delante de esa audiencia.
  •  que haré lo posible en hacer útil esa ponencia, pero 'útil' no es lo único o todo en la vida. Hay más cosas. Los cepillos de dientes son útiles, pero también tenemos pianos, álbumes de fotos, dibujitos y cartas de las que no podemos deshacernos. Y el cepillo de dientes... tengo varios. Los confundo, cambio, tiro y compro nuevos.
  • que mi ponencia estará auspiciada bajo 30mg de sobril, los últimos que me quedan y el diario antidepresivo de cada día.
  • que estoy de baja médica y podría cancelar todo compromiso laboral, como me dijo la limitada de mi médico de cabecera. (Si voy a empezar a cancelar todo compromiso, empezando por los laborales, qué sentido va a tener el resto? a qué me voy a aferrar para quedarme aquí?)
  • que estoy exhausta.
  • que perdonen la tristeza.